martes, 13 de julio de 2010

Tiki-Tiki

Se va el mundial –me cuesta asumir que, efectivamente, ya no está- y no queda otra que volver a pensar. O mejor dicho, que dejar de pensar. En todo y en fútbol, respectivamente. Decidía escribir y entre los curas, los gays y los chicos de la calle aparecían Robben y Xavi.

Ahora bien, ¿cómo carajo es eso de que alguien se enoje porque dos tipos se casen entre sí? Entiendo que haya quienes tengan ciertos prejuicios, aquellos que se encuentran con algo nuevo o con algo incomprensible, pero dar una opinión no es
movilizarse. Gente ofendida y que se siente atacada, como si se tratara de quitarle un derecho y no de extendérselo hacia los demás; personas que basan su opinión en nada: éstas no buscan información ni otras opiniones y, mucho menos, palabras de profesionales. Estamos hablando de dos personas del mismo sexo que se casan; nada más íntimo que un matrimonio. Al fin y al cabo, un contrato civil, pero que supone una relación amorosa, afectiva. Por eso es un matrimonio y por eso no se acepta la pedorra “Unión Civil” para putos. Siempre es no cómodo hablar de “los otros”, pero qué va, ¡la Iglesia se va al carajo a veces! ¡No se está discutiendo el casamiento religioso!

Llamar
“enviado del Diablo” a un gay es tan asqueroso como llamar rata a un judío. Exasperan las energías consumidas para evitar el Matrimonio Igualitario. Se sabe, las Instituciones religiosas monoteístas no apoyan la homosexualidad; cada cual estará o no en desacuerdo, se sentirá discriminado y podrá elegir no dar bola, pero, como sabemos, son pensamientos milenarios y poca seguido vemos que cambien; sin embargo, lo que irrita, enoja y no se tolera es, sentirse en peligro, atacado, insultado y, como se dijo, obligado a imposibilitar la lucha de de muchos por sus derechos y de tantos otros, como quien esto escribe, por apoyarlos. “Lo bueno –diría algún humorista en sus últimas y más encariñado con el whisky que con cualquiera otra cosa- es que cuando salgan del registro civil se va a seguir gritando ‘¡Que vivan los novios!’”.

Sería imbécil continuar el derroche de palabras sin mencionar que como tantas otras minorías, la comunidad Gay sufre perseguimientos cruel desde hace cientos de años.

En cuanto a la coyuntura, según dicen, es todo muy parecido a cuando se peleaban por el divorcio. Nadie obliga a nadie a separarse y nadie obliga a nadie a casarse con nadie. Nadie. Pero lamentablemente, hay gente que así como pretendía imponer la ilegalidad del divorcio, hace lo propio hoy, 2010, con el Matrimonio Igualitario.

La adopción de chicos por parejas homosexuales –hombres o mujeres- es un tema, acaso, más sensible. Cuando discutía con mi amigo el Dr. M. Federico decía, como en este texto, que no se entendía ni se calificaba válido el discurso en contra del Matrimonio Igualitario; no había manera de entender el porqué del no; sin embargo, aunque uno este completamente a favor de la posibilidad de adoptar, es considerablemente más complejo esto. Y ahí no hay margen para la ignorancia, no hay otra forma que escuchar a los que saben: Profesionales de la salud, sean psicólogos, psiquiatras, etc., etc.

Aunque poco posible, tal vez se dé con algún profesional que encuentre dificultades importantes en la crianza de un niño en el hogar de una pareja gay. Y si se halla sería más interesante poder discutir así que solamente por prejuicios y, claro, homofobia. Busquen información, escuchen a Pepe Cibrián y a Osvaldo Bazán, oigan testimonios de chicos con padres homosexuales. Ah, por último –y más que nunca menos importante por esto-, en Argentina la adopción por parte de gays solteros está permitida. Asumimos que para esta gente que se mueve y mueve para evitar el Matrimonio Igualitario, si el chico sabe que a su mamá le gustan las mujeres o incluso conoce a su novia no hay problema, pero si se casan va a nacer raro. O quizá no es así y esa fue otra de sus batallas perdidas. De hecho, tal vez la adopción por parte de parejas gay sí dé pie a que “hayan” más homosexuales; simplemente se trataría de personas que potencialmente van a ser criadas en un hogar donde las acepten y sean queridas; por ende, al no sufrir el castigo de sus padres, es más probable que pública su condición sexual.

Se agrega: Como no es el objetivo hacer enemigos, a continuación se pueden leer recomendaciones para Ud. lector que no simpatiza con el Matrimonio y la adopción gays en Argentina:

-Como se sabe que hay quienes temen a que en la escuela se cargue al niño con padres homosexuales, se aconseja no tener hijos gorditos o negritos; si le gusta la danza no se le dice niño.

-“¿Cuál es la mamá de los dos?”. La suya, pelotudo. O la misma que la de los miles de chicos que no tienen madre o padre o son huérfanos.

-Algún Cura dijo que los homosexuales son enviados del demonio. Al parecer, el barco que traía desde el infierno a los judíos llegó antes porque los que remaban eran negritos.

-Se oyó, también, la científica teoría de que si todos fuéramos gays, no habría más hijos. ¡No es problema! Nos casamos con animales, cosa que también preocupa mucho.

También hay que ser amable con los muchos indecisos que andan dando vueltas; por eso damos una idea: Si convive con un travesti puede jugar un cabeza antes de la cena y al Winning después del postre.
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ANEXO: Mucha Iglesia, mucha Iglesia y sólo después de publicar esta entrada se pudo dar con este resumen en AJN (Agencia Judía de Noticias), donde el dirigente de la AMIA, el Rabino Samuel Levin asquea con sus declaraciones que bien tienen su contrapunto en la mirada del Rabino Daniel Goldman.